martes, 26 de marzo de 2013

El juego de Ender, de Orson Scott Card

¡Hola a todo el mundo! Tal y como dije, esta semana me iba a intentar currar una reseña que tenía pendiente desde hace ya casi dos semanas y por suerte, parece que lo he conseguido. Me doy a mí mismo una palmadita en la espalda.
Es curioso que la primera reseña que hago sea de un libro de ciencia ficción después de haber dado tantísimo la tabarra con la fantasía y todo lo que a su alrededor gira. Pero que no cunda el pánico, mis inexistentes lectores, que todo llegará. Además, si lo he hecho de este libro, es porque tengo buenos motivos para ello. Espero que esta primera vez salga bien y que no la fastidie demasiado.
Vamos al lío.

Ficha técnica.
Título: El juego de Ender.
Título original: Ender’s game.
Autor: Orson Scott Card.
Fecha de publicación: 1985


Primero una breve sinopsis. La historia que nos cuenta el autor se centra en un futuro relativamente cercano, en el cual la humanidad está en guerra con una raza alienígena llamada insectores. Estos seres invadieron el Sistema Solar anteriormente y estuvieron a punto de conseguir acabar con la raza humana hasta que en el último momento y gracias a un gran golpe de suerte se les consiguió detener y se vieron obligados a replegarse. Para ganar la guerra, la humanidad se ha aliado y persigue la creación de un nuevo genio militar que les ayude en tal cometido. Por eso se ha permitido el nacimiento de Ender, el tercero de tres hermanos en un mundo donde solo se permite tener un máximo de dos hijos. Ender se entrenará desde la más tierna infancia en una base espacial y aprenderá todo lo que pueda para poder hacer frente a la amenaza que promete acabar con la raza humana.

Como dato hay que añadir que el libro fue galardonado con los premios Nébula y Hugo a la mejor novela en 1985 y 1986 respectivamente. Estos premios, para quien no lo sepa, son la flor y nata dentro del género futurista.

Yo tenía claro que la primera reseña que me animara a escribir debía de ser sobre una obra que me gustara verdaderamente. Tengo ya algunas novelas que me han calado hasta límites que yo no sabía tener, pero también quería que fuera sobre una novela nueva para mí, que no hubiera leído antes. Entonces cierto profesor de la universidad recomendó el libro en cuestión en una de sus clases, para los que tuviéramos tiempo libre. Qué gracioso el tío. Pero como a mí no hace falta que me digan dos veces que me lea algo, y mi tiempo libre lo dedico principalmente al vicio, como digo yo, en cuanto pude adquirí un ejemplar en bolsillo de la novela. Fue hace pocas semanas, un sábado, cuando fui con unos amigos de la universidad a una tienda de cómics de Madrid donde me lo encontré de pura casualidad. Paradójico, ¿verdad? Bueno, pues el caso es que esa misma noche me lo empecé a leer y al miércoles siguiente se había acabado el librito. Cuatro días. No leía así desde cuando hace dos años publicaron El temor de un hombre sabio.

La historia engancha, como habréis deducido ya, y mucho. Sé que el libro me lo voy a volver a leer en algún momento porque tiene mucho más trasfondo que el que he sido capaz de captar en una primera vuelta.
El argumento como ya he dicho es muy simple, la humanidad quiere salvarse y para ello creará al mejor líder militar que haya existido jamás. Con ese fin, Ender debe crecer tan deprisa que a veces se me olvidaba que tan solo tiene seis años. Supera obstáculos cada vez más complicados y con una genialidad que realmente da envidia, mezclando su niñez con su hábil mente superdotada, la mejor entre todos.
La narración es rápida, fresca y limpia, sin adornos ni florituras. El autor no se detiene más de lo necesario en detalles insustanciales y no por ello sus descripciones de todo se quedan cortas. Se centra en los pensamientos del protagonista, en como ve lo que ocurre a su alrededor y lo que tiene que hacer para solucionar los problemas que se le van presentando. Los personajes de Valentine y Peter, los también listísimos hermanos mayores de Ender también tienen su propio juego en la historia, utilizando las redes globales como si lo hicieran en nuestra época para influir con sus pensamientos e ideas a nivel mundial. Es increíble cómo el autor fue capaz de prever la existencia de las redes sociales y su influencia por todo el planeta, así como una tecnología que si bien no es exactamente igual a la que existe ahora, no tampoco es algo muy descabellado. También cabe destacar al coronel Graff, que será el encargado de poner a prueba a Ender de forma continuada y hasta cruel, todo para que el niño esté preparado cuando llegue el momento y tenga que enfrentarse a su destino.
La historia gira y gira cuando quiere, cambiando a placer de Scott en un universo inmenso, que incluso me llegó a abrumar un poco (supongo que debido a mi falta de costumbre con este tipo de historias). Las sorpresas están aseguradas y se me llegó a abrir la boca más de una vez en contra de mi voluntad.
Pero hay más, mucho más. La novela también es un pequeño tratado de moralidad y ética, donde se plasma qué es lo que ocurre si se ponen a personas, sobre todo a niños, en situaciones que no deberían vivir nunca. ¿Hasta qué punto el fin justifica los medios? Si para sobrevivir hay que pagar un precio demasiado alto, ¿de verdad es lícito sobrevivir? Preguntillas interesantes, ¿eh? Que cada uno piense lo que quiera, pero eso sí, antes hay que leerse esta novela, un placer para todo aquel que aprecie una buena historia aunque el género no te apasione demasiado. No decepcionará a nadie.

Y hasta aquí la reseña. Espero no haberme sobrepasado ni haberme quedado corto, y también espero no haberme olvidado de nada importante, cosa que seguramente no sea así.

Scott ha escrito más novelas basadas en el universo de Ender, que se separan en la Saga de Ender (cuyo protagonista es el susodicho Ender) y la Saga de la Sombra (que toma como protagonista a uno de los personajes de El juego de Ender). Planeo ir adquiriéndolas poco a poco, porque aún hay mucho que contar. Al parecer también hay una película en marcha que se planea estrenar este año con buenos actores y con la participación del propio autor en el guión, si no estoy mal informado. Espero con toda mi alma que hagan un buen trabajo, porque esta historia lo merece.



Nos leemos en la siguiente ocasión.

domingo, 24 de marzo de 2013

El deber

La vida es dura, tan dura que da miedo. ¿ Cuántas veces hemos tenido que hacer lo que no queríamos solo porque es lo correcto? Ahora mi vida gira en torno a esa idea y hoy me apetece escribir alguna reflexión sobre el tema. Sin imágenes, solo palabras y pensamientos.

Para empezar, me gustaría disculparme por no escribir mucho últimamente, pero sabiendo que esto nadie, pero nadie lo lee, estas disculpas solo van para mí mismo, y yo me perdono en este mismo instante porque el motivo de mi tardanza es este mismo tema que quiero tocar hoy: el deber. Siempre hay muchas cosas que hacer y normalmente no hay mucho tiempo para hacer lo que uno quiere hacer realmente. En fin, no se puede hacer nada, aparte de aceptar este hecho y aguantarse. Hoy me han dicho que me toca hacer algo que yo no pretendía hacer este año. Es algo religioso, con motivo de las fechas en las que vivimos estos días, pero eso no es lo importante ahora. No es algo que no quiera hacer, ni que me disguste hacer. No lo considero un fastidio ni una jugarreta de las casualidades, pero este año me había hecho a la idea de que no tocaba y por eso me ha chocado un poco. Habrá gente que se enfadará conmigo porque llevo desde principios de año diciendo que este año no iba a participar, pero a última hora va a resultar que sí que voy a participar y encima con gente diferente a la que contaba conmigo desde un primer momento, lo que sin duda acarreará enfados, malentendidos y puede que algo más. Ojalá esté equivocado, porque no es mi intención enfadar a nadie. Pero todo eso da igual, porque lo voy a hacer, porque lo tengo que hacer y porque se ha contado conmigo. Es un pequeño deber, así como un privilegio, aunque yo no lo considere muy grande. Y qué coño, estoy orgulloso de él. Y me apetece, claro que me apetece. Y además lo voy a hacer bien.

Una persona honrada con objetivos en su vida se ve en estas situaciones continuamente. No es algo anormal  que se salga de las tablas, son cosas que hay que hacer y que se tienen que aceptar. Porque en el fondo, cuando quieres hacer algo, cuando quieres conseguir algo, este tipo de situaciones no deben  pasar de algo anecdótico que te ha ocurrido en tu camino hacia tus objetivos. Y ese objetivo puede ser cualquier cosa que cualquiera se proponga para sí mismo, y esos obstáculos pueden ser cualquier cosa que te surja que no estaba planeada y que te pille desprevenido. Cualquier cosa, para cualquier persona.

Bueno, dejo de divagar, que ya ha sido bastante por hoy. Para terminar dejo por aquí escrito que sigo queriendo currarme una reseña de El juego de Ender, que ya me leí hace un tiempo y que me impactó gratamente. A ver si esta semana soy capaz de escribirla y subirla.

Un placer haber escrito esta entrada. ¡Saludos!

viernes, 8 de marzo de 2013

Certámenes e historias cortas.

¡Hola a todos! O a nadie, porque tengo muy poca afluencia de visitas por lo que puedo ver. En fin, esto ya se esperaba.
Hoy, siguiendo mi política no escrita de escribir una entrada por semana, voy al tema, dejando claro que no tengo ni idea de lo que hablar hoy, así que iré improvisando sobre la marcha escuchando un poquito a Muse de fondo.

Pues bien, hablando de literatura en general, debo decir que esta semana apenas he podido leer como me gustaría, así que sigo con los relatos de terror para chicos valientes de los que hablé la semana pasada. En serio, algunos están increíblemente bien. La historia de los duendes que secuestraron a un enterrador, de Charles Dickens, o John y los fantasmas, de Arthur Quiller-Couch. Pero hay más que me están gustando también, así que cuando lo termine podré una lista con los relatos que más me han gustado y por qué. Pero entre prisa y prisa también he empezado un librito que calculo no tiene que llegar a las cien páginas, escrito por el gran Robert E. Howard: Sonia la Roja, o como debería llamarse La sombra del buitre. Este señor, para quien no lo sepa, es el creador de Conan el Bárbaro. No he leído la historia de Conan, y no tengo intenciones de hacerlo en breves, pero la historia de Sonia no está mal. Llevo la mitad más o menos, y es como una historia corta donde se cuenta lo que pasa muy deprisa y sin andarse ni un momento por las ramas. Ambientado en la época de la invasión otomana a Europa, y centrando el argumento antes durante y después del Sitio de Viena (1529, más información aquí), cuenta las aventuras del caballero de la Orden de San Juan, Gottfried von Kalmbach y de su encuentro con la susodicha Sonia durante el asedio, y hasta aquí puedo leer. Sonia, que obviamente es un personaje histórico inventado, al parecer más tarde se convirtió en el estereotipo de guerrera sexy con escasa armadura, inspirando después al mundo de cómics, videojuegos, juegos de rol y demás creaciones donde aparecen estas mujeres. El libro no está mal, es como ya he dicho un relato rápido y lleno de acción y, en resumidas cuentas, entretenido. Pero se me está haciendo altamente simple. Ya veremos cómo acaba.

Más cosas. Esto ya es más una noticia que algo mío. Por si a alguien le interesa (siempre digo lo mismo), con motivo del Festival de Fantasía de Fuenlabrada (FFF),  Kelonia EditorialLupus in Fabula y la Federación Española de Fantasía Épica han convocado un Certamen Benéfico Cultural para recaudar fondos para dicho festival. Se puede participar con un relato corto y con ilustraciones, siempre dentro de la temática de la fantasía, el terror y la ciencia ficción. Pues yo me he animado con el relato corto, y estoy perfilando uno que dependiendo del resultado del concurso, publicaré por aquí o no. Y es que es un microrelato muy micro, porque puede tener ciento cincuenta páginas como máximo. La fecha límite para presentar trabajos es el 15 de Abril, así que si alguien más se anima, dejo por aquí todos los detalles.


Bueno, pues ya me queda poco más que contar. Sigo queriendo empezar con El juego de Ender en algún momento, en cuanto me termine estas dos cosas con las que ando entre manos, y empezar a escribir una reseña como se debe.
Mañana voy a una tienda de cómics en la que no he estado aún, en Madrid. Si me gusta la experiencia lo suficiente y me animo puede que escriba alguna mini-entrada sobre cómics. Sobre todo manga, porque lo poco que leo es eso y de cómic americano no sé mucho.


Y con esto me despido. ¡Un saludo a quien me lea, si es que lo hace alguien!

domingo, 3 de marzo de 2013

Y se acabó el kendo (entre otras cosas)

¡Buenas! Yo sabía que el asunto del kendo era muy inestable, pero no pensaba que fuera a durar menos de dos semanas. El caso es que me he dado cuenta de que me es muy difícil coger dos horas de mi vida del martes para ir a hacer cosas de mi gusto. Quizá, si fuera otro día donde tuviera más tiempo libre a mi alrededor podría aguantarlo, pero así es imposible porque el martes es un día de hacer cosas, pero más bien deberes que placeres. Y que conste que me ha sentado fatal. La sensación de que me no puedo hacer lo que quiero y de que no voy a poder en unos años (teniendo en cuenta que no lo he hecho casi nunca en mi vida) no se me quita de la cabeza y sólo puedo ignorarla para sobrellevar más o menos el asunto.
Esto quizá cambien el año que viene, pero tal y como están ahora las cosas con la carrera no puedo jugarme nada y tengo que estar totalmente concentrado en lo que tengo entre manos porque cada vez estoy más en la cuerda floja. Así que el kendo se acabó, al menos por el momento.

Pasando a temas menos cabroncetes, tengo que decir que ya tengo nuevo libro a la vista. Después de terminarme el segundo libro de las Crónicas de Siala, de Alekséi Péjov, he decidido dejar la trilogía a medias y pasarme a la ciencia ficción un poquito con El juego de Ender, de Orson Scott Card. Tiene muy buena pinta, y ya sé que mucha gente se lo habrá leído ya porque es un verdadero clásico del género, pero para los que estamos empezando ahora en el mundillo es una golosina muy apetitosa. Estoy deseando empezar y creo que cuando lo acabe será el primer libro que reseñe más profundamente en el blog. A ver cómo se me da.

Entre medias me estoy leyendo una recopilación de relatos de terror para jóvenes e incluso yo podría decir para niños: Relatos inquietantes para chicos valientes. Contiene pequeños relatos de grandes del género de terror como H.P. Lovecraf, Poe o Bram Stroker (los nombres que siempre surgen en este tipo de recopilatorios, vaya). Son unos veinte y hay de todo: pesadillas, fantasmas, brujas, demonios... Algunos me están gustando más que otros pero casi todos me están resultado agradables de leer. Lo veo muy recomendable para aquellos que busquen cosas fáciles de leer con alguna pincelada inquietante, como su propio título indica. A veces apetece volver a los cuentos, más que nada por su simpleza. Y en el mundo literario poco más, así que ya iré informando cuando vaya terminando los libros que tengo ahora en medio. Que otras cosas puede que tenga que dejar, pero nada va a hacer que deje de leer.