domingo, 10 de febrero de 2013

¿Por qué literatura fantástica? Parte 1.

He leído de casi todo, porque adoro leer. Es mi hobbie preferido. y no puedo dormir sin antes leer aunque sean cinco minutos, por muy tarde que sea. El día que no tengo libro junto a la mesita de noche lo paso increíblemente mal porque no hay nada que me desconecte del mundo real y mi cabeza da vueltas y vueltas en la oscuridad hasta quedar dormido, casi siempre varias horas después de acostarme. Bueno, desvaríos aparte y volviendo al tema, he leído casi de todo.

Novelas históricas como Salamina, del gran Javier Negrete (autor que aparecerá de vez en cuando por aquí) o novelas de terror como El Exorcista, de William Peter Blatty que increíblemente tiene novela y sí, es mejor que la película. Dentro de este campo debería mencionar las variadas novelas de zombies que he tenido el placer de devorar. También he leído novela juvenil, sobre todo durante mi adolescencia. Aquí podría mencionar al incansable Harry Potter, que a mí sí me acabó cansando o a las novelas de Flanagan, el detective adolescente barcelonés. También he leído novelas de espías, como Shibumi del poderoso Trevanian, y también algo de novela policíaca, aunque no me apasione demasiado. Y de aquí pasamos a la ciencia ficción, por la que me estoy decantando más últimamente. Lo último que ha caído de este género ha sido La chica mecánica, de Paolo Bacigalupi.

Y ya pasamos al plato estrella, la literatura fantástica. Bien, teniendo en cuenta todo lo que he leído de tan variados géneros, por algún motivo esto siempre ha sido lo que más me ha apasionado leer. No me resulta fácil analizar por qué, el caso es que es así sin duda. Pero buscando y rebuscando en mis libros más antiguos y en mi memoria, he llegado a una conclusión: no leía otra cosa cuando era pequeño. Lo primero que leí sobre el tema (o al menos eso creo recordar) fue la Saga de Deltora, de la escritora Emily Rodda. Esta saga de ocho libros está compuesta por los siguientes títulos:

  1. Los Bosques del Silencio.
  2. El Lago de las Lágrimas.
  3. La Ciudad de las Ratas.
  4. Las Arenas Movedizas.
  5. El Monte Terrible.
  6. El Laberinto de la Bestia.
  7. El Valle de los Perdidos.
  8. Regreso a Del.
Casi nada para un crío de diez años, a pesar de que son pequeños libros de ciento y pocas páginas. No voy a analizarla en profundidad ni pienso criticarla. Yo era un niño cuando las leí, así que solo diré que me gustaba, que me llevaba a mundos muy simples pero a la vez muy diferentes del que estaba y estoy acostumbrado a vivir. Las desventuras de Lief, Barda y Jasmine me atrapaban como si de una serie de dibujos se tratase y disfrutaba con ellas como el niño que era entonces. Y esa es la clave: la evasión. Un buen libro de literatura fantástica tiene que sacarte de este mundo y llevarte al suyo. Tiene que atraparte, fascinarte y estos ocho libros lo consiguieron conmigo, y eso es suficiente para mí. Tardé tiempo en conseguir todos los libritos que componen la saga, porque a España llegaban a cuenta gotas. De echo, el último llego a mis manos cuando ya leía literatura algo más adulta, pero no por ello me gustó menos terminar la historia. Esa fue la primera saga completa de libros que leí y me siento orgulloso de ello.
Anda si consigo alguna imagen para poner por aquí... cómo se nota que ya son viejunos.


Entre medias de esto, también disfrutaba con los primeros libros de Harry Potter y pocas cosas más, hasta que un día apareció en mis manos un libro que desencadenaría mi amor homicida a este gran género. Una historia de espadachines, magia y criaturas imposibles con un regustillo a la antigua Grecia muy peculiar. Una historia que, ironías del destino, luego no resultó ser lo que parecía. 
Y de la que hablaré la próxima ocasión...

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